miércoles, 13 de marzo de 2013

And remember the rain.

Se acabó compañero. ¿Recuerdas cuando nos escapabamos por ahí, aún no hace mucho, y yo te contaba mi mierda y tú la tuya? Ahora se que me equivoqué, que siempre apostaste todo por mí compañero, siempre ahí aunque yo no pudiera estarlo completamente. Y me río, porque joder; la cosa hace gracia. Siempre hemos estado ahí el uno apoyado en el otro, siempre recordando. Siempre. Y ahora que estoy yo... tú ya no estás. Y hay que seguir este jodido camino compañero de vida. Sea como sea, sea con quien sea... No hubieras querido verme como estuve hace unos meses, hace un tiempo. Me dejé hundir compañero. Y lloré como no había llorado en mi vida. Y si hubieras sabido todo esto, se que romperías jodidos cristales a puñetazos, se que hubieras venido a sujetarme y a devolverme a lo real. He cambiado tanto. Y tú has cambiado tanto...que apenas nos conocemos a nosotros mismos. Siempre fuiste leal y fuerte como una jodida roca, incluso con el paso de los años. Siempre ahí para hacerme reír, incluso cuando nos enfadábamos o no dejabas de dejarme tus putas notas en cuadernos de dibujo. En el fondo compañero... seguimos siendo esos dos jodidos críos que escapaban por ahí y se reían de todo. Esos que berreaban al cantar, entre ataques de risa. Esos que cuando se cabreaban y que olvidaban el cabreo con un simple "Puh!". Tus jodidas canciones. Esos que la última vez que se vieron, ya a punto de despedirse...agarraron un pedal horrible de bourbon y mientras tú escribías en mi jodido cuaderno, yo te colgué un brazo del hombro, y tú dijiste: "Itzi, somos la ostia tía"... y volvimos a nuestras casas. Compañero, vive y se feliz, y cuando necesites un hombro en el que apoyarte, yo seguiré ahí para lo que sea. Para todo. Nunca es tarde para recordar y levantarse del suelo. Sólo tienes que encontrarme entre las jodidas ruinas, abrir la boca y llamar. Gracias por todo, y a vivir chico, a vivir, que no te quiten nunca esas ganas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario